La noche del 24 de diciembre, durante las maitines de Nochebuena, se celebra en iglesias de toda Mallorca el Canto de la Sibila. Este ritual ancestral, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, ofrece una atmósfera única: un solo cantor —tradicionalmente un niño o joven— recorre la nave de la iglesia con una espada y una vela, acompañado por acólitos que portan cirios. El canto, de origen medieval, describe la profecía del Juicio Final y la venida del Salvador.
Se interpreta a cappella, con intervenciones del órgano entre estrofas, reproduciendo la melodía gregoriana tradicional. La voz, la oscuridad de la iglesia iluminada por velas, la procesión y el simbolismo del acto generan un momento solemne, íntimo y profundamente conmovedor.
Hora aproximada: Entre las 22:00 y las 23:30 h, dependiendo de la iglesia; en la Catedral de Mallorca suele comenzar sobre las 22:30 h.
Algunas de las iglesias más emblemáticas donde se puede presenciar este acto son la Catedral de Mallorca (en Palma) y el Santuario de Lluc (en Escorca), aunque muchas parroquias de la isla participan de la tradición.
Este evento no solo es un rito religioso, sino un vínculo vivo con la historia, la cultura y la identidad mallorquina —una experiencia de Navidad que conmueve a quienes la viven.